The Diocese of Juazeiro is situated on the edge of the San Francisco River in the heart of the “polígono de la sequía” ("drought sector"). It covers approximately 23,000 square miles, with a population of more than 500,000. Currently it is divided into 14 parishes. There 23 priests (several of whom are quite old and infirm), 15 full-time lay pastoral assistants, many part-time assistants, and 2,000 catechists.
From its establishment, some 50 years ago, the Diocese has fostered the full and harmonious development of the human person, giving priority to the neediest, seeking to educate, organize, and support all men and women, whether in the country or in town. Thus it is that various social ministries (Ministry of the Land, Ministry of Fishermen, Ministry for Marginalized Women, Ministry for the Aged, Prison Ministry, ....) arose to address the needs and urgent demands of our society.
The challenges that awaited me (when I arrived seven years ago), which in part still remain, were the inability of priests to care for so many people scatterd throughout the far reaches of the region due to the immense 'caatinga' (the typical vegetation in this semi-arid Northeast section of the country), adminsitrative disorganization, lack of structures for the formation of the laity and the clergy, and lack of human and financial resources that would allow us to wed good administration and spiritual and pastoral animation.
We created a Vocation Ministry and Formation Ministry and we founded a form of prep school to establish a pool of candidates for future clergy. One of the greatest challenges is just such work (organizing, accompanying, and forming young people) for lack of qualified personnel and material resources.
Right now, we actually have 16 young people in formation (between prep school and the last year of theology). The very first priestly ordination will take next December 18. And, God willing, in the next three years, we will have one to three ordinations each year.
The people in the region are very "Catholic", as a result of their baptism and the faith handed down to them by their parents. They have a deep religious piety which is expressed in various gestures, symbols, offerings, and "promises" ( what the Chileans call "mandas"). But all of this is easily mixed up with the rites and symbols of indigenous or Afro-Brazilian religions. People, especially the simplest, are assaulted by the sects or "new churches," who are aggressive in their proselytizing. This truly is a huge challenge requiring the formation, the evangelization, and the catechesis of our people.
Th fact of being an Assumptionist and having worked so many years in positions of leadership in the Congregation, either as Provincial or Assistant General, was fundamental in preparing me for my mission as Pastor of a local church. To begin with, I took as my episcopal motto Adveniat Regnum Tuum (Thy Kingdom Come). Right away, I was inspired by our Rule of Life in establishing a framework for my work. Our spirit, at once doctrinal, social, and ecumenical, is a guiding light from day to day. The Congregation's unconditional love of the Church and the Virgin puts us in direct harmony with the people of the Diocese. Also, I think the fact that we are “simply Catholic”, as Fr. d'Alzon would say, fosters in us a certain simplicity and a way fo being close to the people.
The Diocese is immense, the challenges even more immense, but the faith and love which inspire us allow us to live joyfully this mission which God has entrusted to us at the hands of the much beloved Pope John Paul II.
+ José Geraldo da Cruz, A.A. Bishop of Juazeiro - Brazil
Un obispo asuncionista en el Nordeste de Brasil
La Diócesis de Juazeiro está situada al margen del río San Francisco en el corazón del “polígono de la sequía” Tiene aproximadamente 60 mil quilómetros cuadrados, con una populación de más de 500 mil habitantes. Actualmente está dividida en catorce (14) parroquias. Cuenta con 23 padres (algunos muy ancianos o enfermos), unos quince agentes de pastoral a tiempo integral, muchos en tiempo parcial y más de dos (2) mil catequistas.
Desde su fundación, hace casi cincuenta años, la Diócesis trabaja en la promoción integral y harmónica de la persona humana, dando prioridad a los más pobres, buscando educar, organizar e apoyar al hombre y a la mujer, tanto en el campo como en la ciudad. Así las Pastorales Sociales (Pastoral de la Tierra, Pastoral de los Pescadores, Pastoral de la Mujer marginalizada, Pastoral de la Persona Anciana, Pastoral de los Niños, Pastoral de los Encarcelado…) surgieran para responder a las necesidades y urgencias de nuestra sociedad.
Los retos que me esperaban (cuando llegué, hace 7 años), y que en parte continúan, son la falta de padres para atender a tantas repartidas por la inmensa caatinga (vegetación típica de esta parte del Nordeste semiárido), la desorganización administrativa, la falta de estructura para la formación de laicos y del clero, la falta de recursos humanos y financieros para conjugar una buena administración con la animación espiritual y pastoral.
Fueron creadas las comisiones de Pastoral Vocacional y de Formación, se instituyó el Propedéutico y se trató de formar un fondo para la formación de los futuros presbíteros. Este es uno de los más grandes desafíos: suscitar, acompañar y formar a los jóvenes, pues falta gente cualificada y recursos materiales.
Actualmente, hay 16 jóvenes en formación (entre el propedéutico y en último año de teología). La primera ordenación sacerdotal será el 18 de diciembre próximo. Y, si Dios quiere, en los próximos tres años tendremos de una a tres ordenaciones por año.
El pueblo es muy “católico”, por el bautismo recibido y por la fe de los antepasados. De una religiosidad muy fuerte, que se expresa en gestos, símbolos, ofrendas, promesas (mandas, como se dice en Chile). Pero que se mezcla fácilmente con ritos y símbolos de religiones indígenas o afro-brasileras. La gente, sobre todo los más sencillos, son acosados por las sectas o “nuevas iglesias”, proselitistas y agresivas. Este, sí, es un desafío inmenso para la formación, la evangelización, la catequesis de nuestro pueblo.
El hecho de ser Asuncionista y de haber trabajado muchos años en animación de la Congregación, sea como Provincial o Asistente General, ha sido fundamental para misión de Pastor de una Iglesia local. Para empezar, he tomado como lema el Adveniat Regnum Tuum (Venga Tu Reino), en seguida, me he inspirado en nuestra Regla de Vida para establecer líneas de trabajo o de pastoral. El espíritu doctrinario, social y ecuménico se hace presente en día a día. El amor incondicional a la Iglesia y a Virgen nos coloca en sintonía directa con nuestro pueblo. Creo también que el hecho de ser “simplemente católico”, como lo decía el padre d’Alzon, nos lleva a una simplicidad y a un modo de ser próximo de la gente.
La Diócesis es muy grande, los desafíos más grandes todavía, pero la fe y el amor que nos animan nos hacen vivir gozosamente esta misión que Dios nos confió por medio del querido Papa Juan Pablo II.
+ José Geraldo da Cruz, a.a. Obispo de Juazeiro - Brasil
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